La autoestima como uno de los pilares del desarrollo
Muchos niños en la infancia se ven empujados por la necesidad de explorar el entorno que les rodea. Comienzan a tocar todos los muebles y objetos que se cruzan por su camino. Aunque aún no tengan muy bien asentada la conciencia del "peligro" que pueden suponer algunos de estos objetos.
En la etapa preescolar, los niños empiezan a buscar cierta autonomía y, a veces reniegan de la ayuda de los padres para realizar algunas tareas con la típica frase de "Yo solo". Como, por ejemplo, cuando les intentamos dar de comer con el tenedor y, estos se niegan moviendo la cabeza y cerrando la boca. En efecto, aunque la mayoría de la comida acabe en el suelo, prefieren hacerlo por sí mismos como manera de reafirmarse como seres independientes.
Conforme más experimentan, más confianza van ganando en sí mismos y en sus capacidades. En esta etapa, los niños comienzan a formarse una imagen de sí mismos que va muy ligada a su autoestima. Por ello, hay que celebrar los éxitos que consigan y darles importancia. Pero los errores y fracasos en sus misiones son igual de importantes, ya que pueden afectar seriamente a su autoestima.
Por ello, hoy os traigo una serie de estrategias que podéis utilizar para trabajar la autoestima de nuestros niños.
- Hay que destacar los puntos fuertes del niño y aprovecharlos. Normalmente solemos centrarnos solo en lo que hace mal y, les damos tareas que les suponen mucha dificultad. En vez de eso, podemos plantear tareas o darles responsabilidades en las que puedan aprovechar su interés o habilidad. Por ejemplo, si se le dan bien las matemáticas podemos pedirles que nos ayude a hacer la compra y algunas cuentas (siempre teniendo en cuenta su nivel).
- Reconocerles sus logros, pero también sus esfuerzos. Muchas veces nos centramos más en el resultado que en el proceso. De manera que, cuando el niño esté haciendo algo bien o portándose bien, podríamos decirle que nos gusta lo que está haciendo y animarlo a que siga así.
- Considerar los fallos en su justa medida y en privado. Es fácil dejarse llevar por la frustración de después de haberle repetido bastantes veces que no debe interrumpir a los mayores cuando estos estén hablando, este sigue entrometiéndose en la conversación cuando se le ocurre algo. En estos casos debemos ser claros y advertir a los niños de que no lo están haciendo bien. Una estrategia que podríamos usar es explicarle al niño tranquilamente en casa esta norma social y, si vemos que esto se sigue repitiendo, podríamos pactar una señal que le permita al niño entender que está volviendo a excederse (por ejemplo, el adulto se tocará la oreja cuando el niño empiece a interrumpir la conversación).
- Darles responsabilidades para que participen en las tareas de la casa y, se sientan así como un miembro irremplazable y valioso en la unidad familiar. Por ejemplo, podemos pedirle que compre él el pan mientras nosotros lo vigilamos a unos metros si es muy pequeño aún para ir solo.
- Y, por último, debemos tener paciencia con nuestros niños. Cada niño tiene un ritmo de aprendizaje distinto. Por más que tratemos de generalizar, cada niño aprende a tiempos distintos e incluso de forma distinta. Hay niños que aprenden mucho más rápido si nos apoyamos en imágenes visuales para explicarle algo, mientras que otros les resulta más fácil integrar conceptos si están en movimiento.
Aunque algunas de estas recomendaciones pueden resultar obvias, facilitarán en el día a día que la relación con nuestros niños sea mucho más positiva y, mantengan una alta autoestima.
Ahora os animo a que hagáis de
detectives, juguéis con vuestros peques y observéis todas las cosas increíbles
que pueden hacer los niños. Y, ¡Sacadles el máximo partido!
Al final de la página podréis encontrar algún material para poder empezar a trabajar la autoestima con vuestros niños. ¡Espero que os sirva!